sábado, 12 de diciembre de 2009

Marruecos 2009. Día 3: El Ateouf - Talsinnt

La noche anterior nos acostamos sintiéndonos como los galos, con el temor de que el cielo se desplomara sobre nuestras cabezas, pero la tormenta no fue a mayores y dormimos como troncos (gracias a la distancia de seguridad entre las tiendas).

La mañana se presentaba fantástica, aire fresco, cielo despejado, los habitantes del Camping El Ronquido a distancia segura...


Cómo no parecía que el soldado de la antena fuese a traernos el desayuno, desmontamos el campamento, cargamos las motos y arrancamos dirección Matarka, lo malo es que la pista seguía estando asfaltada, lo bueno es que llegamos bastante rápido...
En Matarka era día de mercado, una flota de camiones Bedford - auténticas antiguallas de la década de los 50 - se grupaban en torno a la aldea para abastecer de mercancía las exclusivas boutiques

Los lugareños nos dieron una cálida bienvenida
Uno de los hombres del grupo que nos recibió, se ofreció a acompañarnos por el pueblo y llevarnos a un sitio en dónde desayunar, no sólo eso, sino que cuando llegamos al local, ayudó a la dueña a preparar nuestro desayuno, nos dió conversación mientras desayunabamos y al final ni siquiera nos dejó pagar: la famosa hospitalidad marroquí.

El bareto:
Desayuno típico marroquí: Thé a la menthe súperdulce (hasta para Manele), quesitos de la vaca que ríe y el pan...que rico!
Después del subidón de azúcar del desayuno, nos pusimos a buscar un mecánico donde enderezar la palanca de freno de mi moto, la noche anterior le había dado una buena pedrada buscando en la oscuridad un sitio algo llano para montar las tiendas. El mecánico no se quiso complicar la vida y dijo que pasaba de tocar la moto, pero por lo menos nos prestó la herramienta, y nosotros mismos pusimos la palanca de nuevo en su sitio.

Kristof pensó en cambiar de moto, pero no le convenció la valoración que le daban por la Dakar

Finalmente, y entre tanta boutique de lujo sucumbimos a la fiebre de las compras. La tienda de Movistar:


Después de tanta compra dejamos Matarka. Nos dirigimos hacia el sur y aparecimos en Tendrara que está al ...Este!, mmm tenemos que prestar un poco más de atención a la navegación.

A la entrada de Tendrara había un control de Policía, donde Kristof, que iba de primero fue exhaustivamente interrogado por dos jóvenes policías muy pero que muy amables, su amabilidad se convirtió en desinterés cuando preguntado sobre su estado civil Kristof contestó que estaba casado; comentario del poli: "Qué pena!".
En fin, seguimos un poco hasta la gasolinera donde mi cable de embrague partió y aprovechamos para descansar un poco, repararlo y entrar en el pueblo a reponer agua.

Niños en Tendrara
Después del "desvío" a Tendrara, había que recuperar la ruta y de camino a Anoual por fin dejamos atrás el denostado asfalto Yupiiiiii!
Esta se le escaparía hasta a Pemán: otro día de lluvia en el verano marroquí!
Tormenta en el horizonte
Pero la tormenta pasó tan rápido como había llegado y poco depués encontramos el sitio ideal para darnos nuestro baño diario: Somos tíos limpios!
El lugar era un remanso del riachuelo que pasaba por allí, una sombra de la bestia en que se convertía el río en la temporada de lluvias (ver montón de escombros anteriormente conocidos como puente)
Después del agradable chapoteo encontramos pista rápida hasta Anoual
Poco después llegábamos a Talsinnt, poblado tipo western (calle principal y poco más), afortunadamente había gasolinera así que repostamos, cenamos y nos fuimos directos a nuestro hotel en las afueras.
 
Chavalitas de Talsinnt captando la atención de los machotes del pueblo
Finalmente encontramos nuestro hotel de 5.000 estrellas

1 comentario: