sábado, 12 de diciembre de 2009

Marruecos 2009. Día 5: Erfoud - Goulmina

Otro día caluroso en el desierto en que tiramos pista hacia el sur ansiosos por ver las famosas dunas de Erg Chebbi

Este día no hicimos demasiada ruta, hacía demasiado calor, por lo que hicimos una larga parada para comer y nos entretuvimos bastante en las dunas.
La excursión a las dunas es la típica visita turística aunque no encontramos muchos porque llegamos cuando el sol estaba pegando fuerte.
Me sorprendió el ver que muchos hostales eran gestionados por europeos, el hotel-restaurante en que comimos pertenecía a una austriaca y encontramos también a unos daneses, vamos que no debe haber diferencia entre ls dunas de Jutlandia y las del desierto marroquí















Comimos en Chez Julia, de propiedad austríaca, era un edificio tradicional de gruesas paredes de adobe, al entrar la temperatura disminuyó agradablemente un buen puñado de grados y colocamos el termómetro en la mesa para ver a cuánto estábamos: 39ºC, que fresquito!.
Nos sirvieron un delicioso Cous Cous de boda (dulce, con pasas piñones, coco) y aprovechamos los amplios cojines para descansar un par de horitas.





Pero las motos esperaban en el parking y había que seguir ruta

Los días iban pasando rápido y había que tomar una decisión: Seguir dirección sur-suroeste hacia Zagora y M'hammid o dirección oeste hacia las gargantas del Todra y del Dades. Afortunadamente tomamos rumbo oeste.
De camino hacia Goulmina, nuestro siguiente final de etapa, cruzamos algunas aldeas en las que la mayor atracción eran unos pozos tradicionales


Pero estaba atardeciendo y decidimos seguir hasta Goulmina, donde llegamos ya de noche. El pueblo estaba tomado literalmente por la gente joven que abarrotaba la calle, según nos explicaron en esta época del año se celebran muchas bodas porque los emigrantes regresan a pasar las vacaciones de verano. Sin embargo no pudimos encontrar ni un solo restaurante, afortunadamente conocimos a una mujer marroquí que se ofreció a cocinar para nosotros en la cantina de la estación de autobuses, que estaba en la calle principal a unos pasos de allí. La mujer resultó ser la señora del jefe de policía del pueblo. La cena estuvo fenomenal (brochetas y ensalada marroquí) y tan barata que sospecho que sólo nos cobraron las bebidas -de nuevo la hospitalidad marroquí-.

2 comentarios:

  1. Hola!!

    Me acordé de que aún no había visto tu blog, y como no recordaba cómo se llamaba puse en google: blogs viajes moto marruecos, salió de todo, menos esto, pero entonces, le añadí la palabra mágica: 'Manele' y salió el blog de primerito :D
    Así que voy a empezar a leérmelo por el principio.
    Un abrazote y tenéis que repetir para este año, no?? o toca barco?? :)

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  2. Jajajaj muy bueno lo de Manele, ya se lo comentaré...

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